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¿Solos o mal acompañados?


MCT / Direct

Peralta antes de debutar

En Panamá, según la Contraloría General de la República, en 2005 hubo 2 mil 758 divorcios, mientras que en 2006 la cifra aumentó a 2 mil 866.

Leticia María ha pasado por ese proceso. Estuvo casada por 15 años, y dice que en ese tiempo su vida fue “un infierno”. Vivía en constantes discusiones con su esposo, soportó su infidelidad y se enfermó de los nervios. Cuando perdió la paciencia y el amor murió, se divorció. Según ella, esta ha sido la decisión más sabia de su vida. Ahora sale y comparte tiempo con sus amigas, y asegura que es “mejor estar sola que mal acompañada”.

Venancio Díaz tiene 33 años y opina que su soltería es lo más “rico” que tiene y renunciar a ella es como una “muerte lenta”. Dice que sus amigos casados se quejan, porque el matrimonio es como una separación de “ese yo mismo”, dejando que la pareja maneje su vida.

Es difícil hallar la fórmula de la felicidad en pareja, y aún más, si no hay a quién atribuirle las frustraciones, describe la psicóloga Anna María Cardellicchio, especialista en temas de familia. Precisa que es poco probable hallar lo mejor de ambas condiciones, que quizás sea la fantasía que vive la mayoría de los descontentos.

Añade que en su consulta, la mayoría de los pacientes solteros siente que necesitan a una persona para sentirse realizados, “lo cual no es precisamente un pensamiento sano, ya que la selección de una pareja en busca del ‘complemento’ es una idea errada... si solo buscas en otro lo que a ti te hace falta, llegas a creerte que eres incompleto”, explica.